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miércoles, 11 de marzo de 2020

Dolor de cabeza...

De nuevo contando parte de lo que sucede en la vida de un bipolar y de cuántas otras patologías.

Contaré lo que me sucedió hace más de tres meses.

Dentro de los medicamentos que tomo hay uno de gran valor y que gracias a Dios puedo acceder (otro de mis temas es que los genéricos me afectan para mal). Siempre que voy a comprar mi medicamentos y veo sus costos pienso en aquellos que no tienen este privilegio, pienso en su odisea, en todo lo que deben sufrir por no tener acceso a un tratamiento justo.

Bueno, la cosa es que ese medicamento dejaron de traerlo las farmacias, de manera que cuando debía ir a comprarlo me encontraba con que no había, que no sabían una posible fecha para que llegara. Por qué dejaron de traerlo o de traerlo en menor medida? Pues porque precisamente es un producto de poca movimiento por su alto costo, y si no es rentable, para qué traerlo... esa es la filosofía de las farmacias...

A raíz de eso logré tener siempre una caja de respaldo, pero la cosa se hizo más compleja y el medicamento no estaba. Lo hable varias veces con mi médico tratante y él no permitía la opción de buscar algo que lo supliera. Llegué a pensar que recibe algún tipo de compensación por medicarlo (es una práctica muy recurrente y poco ética desde hace muchos años y de la que puedo dar fe: trabajé muchos años con médicos. Este tema lo traté en este post https://simplemente-bp.blogspot.com/2019/09/medicamento-y-beneficios-de-los-medicos.html).

El hecho es que no conseguía el medicamento, y coincidió en que tuvimos unos días de vacaciones y como íbamos en carro fui parando de ciudad en ciudad para ver si lo conseguía, en casi todas las ciudades me encontré que no la había. Al llegar al destino logré conseguirla, pero al regreso le dije al doctor, es hora de cambiarlo y le conté el motivo: tuve que recorrer más de 5.000 kilómetros para conseguir una sola caja!!!.

Accedió a cambiarlo, me dio otro de un menor valor, pero que igual es costoso. Lo compré y empecé a tomarlo el 27 de diciembre, el verano estaba en todo su explendo en la ciudad en la que vivo. Comencé con un dolor insoportable de cabeza, y cuando digo insoportable, es porque lo era: despertaba y me dormía con él. No había pastilla, hielo o descanso que lo quitara o apaciguara. 

Como nos pasa a muchos no le damos color al tema, es decir no lo vemos como algo grave a pesar que llega a incapacitarnos en alguna medida. 

Además pensé debe ser por las altas temperaturas. Si trataba de ayudarme con calefacción el dolor era peor, con ventilador igual, y en calor ni qué decir.

A fines de febrero decidí ir al médico, no se veía una aparente causa, exámenes de laboratorio que no arrojaban nada, o por lo menos nada que lo explicara. Entonces se pensó en una angio tac cerebral... yo ya empezaba a pensar que el organismo me estaba avisando quizá algo mayor, así que inmediatamente me hice el examen (de una altísimo costo... de nuevo pensé en aquellos que no pueden acceder a él).

Resultado NADA... ya llevabamos bastante tiempo hablando con mi doctora acerca de algo que hubiese cambiado en mi entorno, en algún evento físico o de otro tipo, algo, pero nada.

Y llegó la pregunta mágica: algún cambio en medicamento o uno que se haya agregado y dije . Tal desde tal fecha... y oh sorpresa coincidía con el inicio del dolor de cabeza!!!.

Ya para esa parte de la conversación se había planteado la necesidad de ir al neurólogo, pero mi doctora dijo: vamos hacer algo. Suspendamos el nuevo medicamento y regresemos al anterior!!!. Le volví a contar lo del tema de que no lo traían las cadenas de farmacias y menos aun las pequeñas, pero que trataría de conseguirlo y hacer el ensayo...

Nos dimos 15 días para ver la reacción... pero en menos de 15 días el dolor que me traía loca se fue!!!

Es increíble lo que pueden hacer los cambios de medicamentos. En mi caso era el mismo con un excipiente de diferencia. Ya es la segunda vez que me sucede y no había pensado en ello. Yo generalmente me centro más en estar atenta a los cambios de ánimo cuando cambio de medicamentos (por ello siempre aviso a mis cercanos que voy a hacer un cambio de remedios, para que me estén a algún cambio anímico y me lo puedan hacer ver, en caso de que yo no lo note). Ahora sé que no es solo eso, es también a nivel orgánico.

Qué se viene ahora: hablar con el psiquiatra, contarle lo sucedido (ya van casi 8 meses de no visitarlo). Regresar al medicamento anterior y ver cómo diantres lo conseguiré.

Cómo le digo a mis cercanos... salí fina para los medicamentos no solo por sus efectos, sino por sus altos precios, ahora agregaré que parte de mi "finura" es por aquellos que es odisea conseguirlos.

Moraleja y nota mental: No solo fijarme en los cambios de ánimo que puede general el aumento de dosis, cambio de ellos o el tener que tomar otros que "ayuden" a otra patología. Definitivamente nunca se termina de aprender!!!

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