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miércoles, 29 de abril de 2020

Cómo va la cuarentena?

Esto que van a leer lo escribí creo que a principios de marzo, pero no terminé de escribirlo. Así que aquí va y con algunos agregados,

No paramos de sorprendernos o por lo menos a mí me sucede. 

Cada vez somos testigos que el mundo ya no es el de nuestros abuelos e incluso nuestros padres. Los años corren y cada vez suceden mas cosas, y en su gran mayoría somos los directos causantes.

Cómo me tomó a mí el tema del corona virus?. Pues seré muy sincera, en los meses pasados no le tomé el peso, aunque veía las noticias no me percaté de la seriedad y de los estragos en el mundo.

Ya pasado en tiempo y viendo la cantidad de infectados y como aumentaban en el viejo mundo, la mortandad tan impresionante y sobre todo ver y sentir que cada vez estaba más cerca de nuestro continente.

Aquí en Chile siento que se le prestó mayor atención a fines del mes de febrero y marzo ya fue el mes en que se "empezaron" a tomar medidas. Los casos aumentaban y ya se llamaba a tener algunas restricciones.

Ya hace casi un mes que para mí fue más latente (nota de contextualización de lo que escribí en marzo y ahora ya estamos a fines de abril: esto fue en marzo y hoy ya estamos a 29 de abril), sobre todo al llegar el primer caso a la ciudad en la que vivo, y lo peor es que la persona portadora era consciente de que venía de una zona de riesgo y que él había estado en contacto con infectados y no solo eso, venía en un avión, el segundo caso igual: sabía de su condición, y venía en un bus...

Me pareció una gran irresponsabilidad de parte e ambos, pero a la vez quiero creer que no "sabemos o no queremos saber" que esto no es un simple resfriado. 

Admito también que yo empecé a interiorizarme más de lo que implican los síntomas y el desarrollo de la enfermedad, cuando un médico por la tv describió lo que era vivir con la enfermedad en un caso avanzado, ya conectado a un respirador, los dolores de cuerpo que no era como los que sientes luego de hacer ejercicios después de un largo tiempo de no hacer. El que se siente como si se te fuera el aire y prácticamente sentir que te asfixias,que te cuesta respirar, que no logras movimientos básicos y sencillos sin sentir que no te puedes el cuerpo y otros síntomas... Es del terror de verdad.

Mi "acuartelamiento" como le llamo yo, empezó desde principio de marzo,salí a comprar mis medicamentos, y eso que pensaba solo ir después de los 15 días que se sugirieron de cuarentena, pero mi esposo que está en cuarentena en su trabajo me hizo caer en cuenta que no esperara, que no sabía como iba a estar la cosa para esa fecha y lo peor en caso de que no consiguiera mis remedios (en la ciudad en la que vivo es "normal" que no los traigan o si traen solo hay uno por farmacia).

Salí con mascarilla, al otro día al supermercado a comprar más cosas, ya tenía algunas, pero me dio como una sensación que necesitaba más y tuve que ir.

Aquí retomo el texto:

Recuerdo tener una sensación extraña con respecto a estar en casa y no salir a no ser que fuera "necesario", yo nunca salgo, y si salgo es a cosas puntuales y si se puede hacer con mi esposo mejor para mí porque me lleva y trae en auto, luego pasamos a comer algo y hasta un paseillo se asoma.

Con una amiga que vive el mismo tipo de vida: eternamente en la casa, estuvimos comentando algo que al inicio yo pensaba que solo me pasaba a mí, y era que aunque nunca salía ahora sentía algo extraño... era como la necesidad de salir, como sentirse atrapado... Pues ella vivía lo mismo, y llegamos a la conclusión que nuestra reclusión era VOLUNTARIA, pero ahora a cosa era obligatoria y más que necesaria. Ambas sabíamos que no necesitabamos salir, pero saber que era una obligación como que nos carcomía la cabeza...

A los días tuve mi cita con el psiquiatra, la verdad no era que la "necesitara", pero las recetas eran necesarias sobre todo porque quería tener medicamento de "reserva". La cita por zoom, la cosa fue normal, solo que esta vez lo sentí más cercano, más persona. Hablamos acerca de cómo me sentía, cómo está mi familia (que vive en otro país), las circunstancias particulares del trabajo de mi esposo y eso del sentir extraño por no poder salir aunque esa fuera mi vida en realidad: no salir.

Fue una buena charla, pude comentar acerca del terror que estaba sintiendo en la noches: una cosa horrible: la idea de que se iban a entrar a mi casa, que era tal la situación de cesantía y necesidad, que la gente iba a empezar a entrar a las casas para robar víveres... Para colmo en la casa de atrás de la mía se empezaron a escuchar voces de hombres que nunca escuché allí, y la verdad eso acrecentó mi temor. En esa casa solo se escucha a una señora, a su hija y a su hijo postrado.

Mis días eran sola (como siempre, por el tipo de trabajo de mi esposo), pero ahora este aislamiento, este temor a las voces que nunca oí, la idea que ellos u otras personas pudieran entrar a mi casa me generaron noches de terror, de gritos sin parar, de saber que no estaba sucediendo yo no lograba calmarme. Fue bueno conversarlo, aunque  no solucionara nada. A todo ello yo decidí poner en uno de los lados de mi cama una alarma comunitaria de mi sector (que no tengo idea si funciona), y un cuchillo en mi mesa de noche (algunos lo llaman velador, o nochero). Que si lo voy a usar, no sé, pero por lo menos ya sé que puedo gritar, porque siempre pensé que ante una situación como la que describo pensé me quedaría muda.

Esto se extiende, pero aprovecho porque sé que nadie tiene afán de cortar lo que quiero contar. A estas alturas quiero rescatar: pensé que el psiquiatra me atendería rápido, pero no, se dió el tiempo, o mejor dicho me dió el tiempo y lo agradecí, aunque pensaba: habla rápido que de pronto hay otro paciente después de mí y requiere su hora, pero ahora que lo recuerdo, yo también debí esperar y no desesperé, aunque sí pensé que quizá habían olvidado mi cita.

Que más les cuento, que uno de mis padres precisamente tuvo que ser hospitalizado preciso en estos momentos en los que NADIE quiere asomar sus narices en un centro de salud. Sus signos llamaban la atención: baja saturación, tos, malestar general... No queríamos ni pensar en que estuviera contagiado, y gracias a Dios no lo estaba. 

Contó con un buen equipo médico y con la bendición de que mi hermana y una de mis sobrinas pudieron acompañarlo en su estadía en el hospital, a pesar de no poder/deber hacerlo. Doy gracias a que ellas pudieran acompañarlo y no que estuviera solo, a que ellas son jóvenes y que pueden movilizarse mejor y que se supone que es "menos" probable un contagio. Todo salió bien aunque estuvo sus buenos días hospitalizado y un poco triste, incluso lloró. Es duro saber que tus padres están en edad de riesgo, el querer que no les pase nada!!!

Pasado esto todo bien en general, mi esposo pudo venir a estar unos días conmigo. Aproveché a que me llevara a comprar mis medicamentos y tengo que confesar que nunca en mi vida pensé estar tan contenta de ver el lugar donde los guardo REPLETO, es como ver un tesoro que eso solo tuyo y que no quieres gastar. Me da seguridad saber que tengo mis armas!!!. Que no quiero que se acaben y que cada vez que debo reponer en mi pastillero no quiero ni saber cuantas quedan en las cajas, aunque se que tengo varias cajas que alegran mi "espíritu".




Los días con mi esposo en casa estuvieron bien, gracias a Dios nos llevamos bien, obvio tenemos nuestras diferencias, pero no somos de pelear, de agredirnos de ningún tipo de manera, de ser buen equipo, de ser compañía aunque él vea tv y yo prefiera leer, hacer alguna manualidad, arreglar mis fotos.

Deseo también contar que sin querer queriendo tengo un nuevo "hobbie" que se ha vuelto mi terapia y mi alegría!!! Nunca se me ha dado el cuidado de las plantas, de joven las veía en mi casa y eran lindas pero si al caso las notaba. Recuerdo que cuando mis padres viajaban le decía a mi hermana mayor que no se olvidara de regarlas, y la verdad no se si ella lo recordaba o no, porque yo no jajaja.

Siendo ya casada y dueña de mi propia casa solo tuve una o dos plantas artificiales jajaja,años después quise unas reales pero ninguna duraba ni el mes, y yo empecinada y comprando las más costosas a pesar que mi esposo hacía cara de NOOOO.

Pues bueno, a fines de enero, mi amiga (esa de la que hablaba antes), me contó que estaba germinando semillas de palta o aguacate y me contó de donde sacó la idea y me indicó el IG del chico que lo hacía. Pues me picó el bichito de ir a ver al chico y sobre todo de ver las bellezas de plantas de mi amiga...

Y aquí estoy yo 3 meses después germinando paltos, cebollas, apio, pera, fríjol, girasol, algodón y ni sigo, incluso alguien me dijo que solo falta que germine a mi esposo jajaja.

Todos los días los miro, el espacio se me ha hecho pequeño, ya no tengo recipientes para germinar y he buscado todosssss los frascos que pueda tener en mi casa. Me compré unas plantitas que estaban casi muertas en Sodimac, un bulto gigante de tierra y aprovechando todas las macetas que quedaron de las miles de plantas que pasaron por mi vida y no sobrevivieron jajaja. 

Soy feliz con esta terapia, me sorprendo de lo sabia de la naturaleza y de lo maravilloso que logra un poco de agua!!!. Y aquí es donde pienso: muchas naciones incautaron maquinas y respiradores, mascarillas y trajes de salud y seguridad. Qué va a suceder cuando la guerra sea por la encases de agua???!!!.

Esta terapia es como analgésico a la vena!!!



El lunes mi esposo retornó al trabajo, me ayudó a ampliar el espacio para que las plantas recibieran sol, me ayudó con todo lo que deseaba para lucir algunas de mis manualidades, hizo arreglos, él es una especie de Mac Giver y lo admiro!!!

Él se fue y ha vuelto mi terror nocturno: no quiero dormir, tomo mis pastillas un poco antes porque sé que son como un nocaut, pero a la vez no quisiera cerrar los ojos, tengo que estar alerta aunque no quiero... Y despierto y quiero seguir dormida... como le dije al psiquiatra: haciendo esto de quedarme quieta y entre dormida es como querer enfrentar el día más tarde, y aunque eso no hace que sea más corto, por lo menos me hace un poco "inmune".

Se alargó y quizá haya mil cosas más que contar, pero llego hasta aquí. No importa si esto solo lo leo yo, importa que es mi testimonio de como pasé este año extraño y que tiene al mundo al revés. 

Un abrazo en palabras nunca fue más sincero, por eso les dejo un abrazo!!!  


Apoyo y solidaridad

Hola para aquel que pase por aquí. Ya van varios meses en que no escribo, pero hoy al leer el blog de http://unbipolarmas.blogspot.com/2...